El Valle de la Muerte en California batió el récord de temperatura llegando a los 56º C, siendo la temperatura más alta desde el 10 de julio de 1913.
A pesar de los avisos del Servicio Meteorológico Nacional de EEUU, advirtiendo del calor extremo e instalado numerosas señales en el lugar sobre la peligrosidad, muchos turistas se han acercado hasta Furnace Creek para festejar, tomarse una foto e inmortalizar el momento histórico.
“Hizo tanto calor, de hecho, que nuestro termómetro de pantalla, ubicado en el Centro de Visitantes de Furnace Creek tendía a fallar y leía unos pocos grados más que el termómetro oficial del Servicio Meteorológico Nacional” informó la Dirección del Parque Nacional.
El panorama climático de altas temperaturas se replica en diferentes regiones del mundo. Grecia sufre temperaturas que rozan los 44 grados y, en los últimos días, se han activado al menos 52 incendios. Lejos de huir del calor, los turistas se agolpaban en el Partenón donde se formaban largas colas y donde se vivieron situaciones de peligro, razón por la cual el 14 de julio se cerró al público durante las horas más calurosas del día. A los turistas se les prohibió hacer visitas de las 12:00h a las 17:00h.
El fenómeno de El Niño se intensifica en el Océano Pacífico, y las aguas del Atlántico frente a Florida alcanzan temperaturas sin precedentes de 32,2 grados centígrados.
La isla de Sicilia, al sur de Italia, ha sido noticia debido a los incendios forestales que se extienden por todo el territorio y causaron estragos en los servicios públicos, especialmente en la ciudad de Palermo. Las imágenes son alarmantes: llamas, humo, agobio y la desesperación de miles de personas que debieron abandonar sus hogares para escapar de los gases tóxicos. Cientos de turistas también han tenido que ser desalojados de sus hoteles por la propagación del fuego y decenas de vuelos fueron cancelados.
Todas estas condiciones extremas son físicamente intolerables para los seres humanos y los animales, y representa un riesgo alto de muerte por golpe de calor.
Según un informe de Bloomberg, el mes de julio está en camino de convertirse en el mes más caluroso registrado en la historia.
El calor extremo puede tener un impacto devastador en los seres humanos. Si una persona no consume suficiente agua para reponer la que se pierde a través del sudor y la orina, la sangre comienza a espesarse, lo que la hace más propensa a la coagulación y aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
El cambio climático se ha posicionado en nuestro día a día como uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta nuestro planeta, y el aumento de las temperaturas es una de sus consecuencias más notorias.
La Tierra está experimentando cambios sin precedentes en su clima, principalmente debido a las actividades humanas, especialmente la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. La quema de combustibles fósiles, la deforestación, los procesos industriales y las prácticas agrícolas han contribuido a la acumulación de gases como el dióxido de carbono y el metano, creando así el efecto invernadero que atrapa el calor dentro de nuestra atmósfera. Como resultado, la temperatura promedio del planeta ha estado aumentando de manera constante durante el último siglo.
La gestión del riesgo climático no es solo un imperativo humanitario, sino también empresarial.
El cambio climático puede resultar en riesgos físicos y de transición que podrían afectar la seguridad y solidez de las instituciones bancarias y financieras y tener implicaciones más amplias para la estabilidad financiera del sistema bancario en general.
Todos los Bancos y Entidades Financieras están potencialmente expuestos a diversos riesgos relacionados con el clima, independientemente de su tamaño, complejidad o modelo de negocio.
Abordar de forma proactiva el riesgo climático permitirá mejorar la sostenibilidad con la gestión del riesgo climático para obtener un resultado final más alto.
Es por ello que el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea estableció un grupo de trabajo de alto nivel para fortalecer la regulación, la supervisión y las prácticas de los bancos en todo el mundo con el fin de mejorar la estabilidad financiera.
Las Entidades deben identificar los peligros, amenazas y factores de riesgo, relacionados con el clima, para evaluar su magnitud y el impacto en sus modelos financieros y de gestión. Teniendo en cuenta, también, que a pesar de la evidencia de algunos riesgos físicos y de transición, las consecuencias podrían materializarse en distintos horizontes de tiempo, dado el alto crecimiento.
El Gobierno Corporativo de la Entidades deben considerar los factores climáticos en cada decisión estratégica. Deben asumir, rápidamente, la responsabilidad de gestionar los riesgos relacionado con el clima y desarrollar cultura resiliente e innovadora, proveyendo de los medios y recursos necesarios para su integración en la estrategia comercial y en los sistemas de gestión.
Las Entidades deben comprender el impacto de las amenazas, peligros y los factores de riesgo relacionados con el clima en su riesgo operativo, desarrollar capacidades mejoradas y asegurarse de que los sistemas y procesos de gestión de riesgos consideren los nuevos riesgos materiales relacionados con el clima.
Evaluar, de forma integral, los riesgos con el clima y establecer definiciones y umbrales claros para la materialidad. Mejorar la gestión de los riesgos les permitirá reconocer todos los riesgos materiales que afectan sus objetivos y mitigarlos con una perspectiva integrada de toda la Entidad.
Por su parte la tercera línea, mediante la función de auditoría interna, deberá proporcionar una revisión y validación independiente y objetiva sobre la calidad y eficacia del marco y los sistemas generales de control interno relacionados con el riesgo climático.
Riegos y oportunidades de rápido movimiento. Hay enormes oportunidades en el horizonte para aquellos que tengan la capacidad de identificar peligros, amenazas y factores de riesgos, reconozcan sus debilidades y desarrollen capacidades de respuesta para mitigar efectivamente el riesgo climático que generan incertidumbres en el logro de sus metas y objetivos.