Metodologías Ágiles en Acción

Adopción, Gestión y Mejora Continua en un Mundo Complejo y Cambiante

En el actual paradigma, definido por su Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad (VUCA), así como por su Fragilidad, Ansiedad generadora, No linealidad y la Dificultad de comprensión (BANI), la efímera persistencia de la mayoría de los fenómenos, la ardua o incluso imposible anticipación del futuro inminente, junto con la multiplicidad de factores que influyen en cada faceta, configuran un entorno no solo desafiante, sino en última instancia, sumido en la confusión.

En este contexto, las metodologías ágiles han emergido como respuesta a la necesidad de navegar en este escenario complejo. El enfoque ágil implica avanzar de manera incremental, experimentando con los resultados obtenidos en cada paso y ajustando el rumbo en función de dichas experiencias hasta alcanzar el resultado deseado.

La agilidad va más allá de simples métodos y herramientas; constituye, en esencia, una nueva mentalidad y forma de actuar. Numerosas organizaciones se encuentran inmersas en un proceso de transformación ágil, reconociendo que esta evolución les proporciona una capacidad superior para adaptarse y responder a las demandas desafiantes de los consumidores.

Ser ágil es tener la capacidad de crear y responder al cambio para obtener beneficios en un ambiente de negocio cambiante. Significa ser flexible, adaptarse al cambio.

Los principios básicos de la Agilidad, proporcionan los mejores resultados en escenarios donde existe gran incertidumbre e incógnitas que deben ir despejándose durante el proyecto, en los que al principio, es imposible obtener todos los requisitos del cliente o éstos no son estables y en aquellos en los que los costos de realizar cambios durante el desarrollo del proyecto no es prohibitivo.

Pese a que estas metodologías tienen sus orígenes en los proyectos de software, cada vez son más los sectores y las áreas que lo aplican, ofreciendo una cantidad de ventajas que benefician tanto a la propia empresa, como al cliente; y es que la Agilidad surge para adaptarse a las organizaciones más innovadoras.

Las metodologías ágiles entonces, no se limitan a proyectos tecnológicos, sino que se puede aplicar en cualquier ámbito o sector donde se produzcan cambios de forma frecuente.

Esto sucede en proyectos muy innovadores, en entornos muy fluidos, o en proyectos en los que el cliente no está muy familiarizado. Es decir, en proyectos en los que habrá mucha incertidumbre.

Además, las metodologías ágiles se adaptan de forma óptima a ámbitos con enfoques más progresivos e iterativos como son el marketing, las ventas, la mejora de procesos, la organización y el cambio estratégico, la investigación más básica o el desarrollo de tecnologías.

Son ámbitos en los que el éxito del proyecto depende de la capacidad de adaptación.

Es por esto, que aplicar Metodologías Ágiles de Gestión de Proyectos en áreas de negocio, requiere especialistas para extraer de la agilidad el máximo valor para su empresa.

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La capacitación y la actualización profesional es una inversión, no un gasto, y no debe relegarse a un segundo plano.

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