“El cambio climático es un riesgo sistémico que afecta a la economía mundial y al sistema financiero en general”.
Ignorar a la naturaleza siempre acarrea serias consecuencias.
Una investigación amplia sobre riesgos económicos relacionados con la naturaleza muestra que más de la mitad del PIB total del mundo «depende de forma moderada o elevada de la naturaleza y sus servicios, y que por tanto está expuesta a los riesgos de daños relacionados con la naturaleza.
Abordar el riesgo climático y crear un sólido sistema financiero sostenible
Para la comunidad científica, el impacto de la actividad humana sobre el clima ha quedado completamente comprobado.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha llegado a la conclusión de que las emisiones antropogénicas han aumentado desde la era preindustrial, impulsadas en gran medida por el crecimiento económico y demográfico. “Esto ha llevado a un aumento de las concentraciones de GEI sin precedentes en al menos 800,000 años. Las temperaturas están ahora al menos 1°C por encima de los niveles preindustriales. Los científicos climáticos han llegado a la conclusión de que emisiones continuas acordes con las tasas históricas provocarían un calentamiento de 1.5°C entre 2030 y 2052.
Esto provocaría cambios duraderos en todos los componentes del sistema climático, aumentando la probabilidad de que se produzcan efectos graves, generalizados e irreversibles para las personas y los ecosistemas.
Una iniciativa valiosísima ha sido que, por decisión del Banco Central de Francia, ocho bancos centrales y supervisores establecieron una Red para el reverdecimiento del Sistema Financiero (NGFS, por sus siglas en inglés) en la “Cumbre Un Solo Planeta” celebrada en París en diciembre de 2017. Desde entonces, la NGFS ha crecido a 34 miembros y 5 observadores de todo el mundo.
Frank Elderson, presidente de la NGFS nos recuerda la realidad. ”Nos enfrentamos colectivamente a los efectos del cambio climático, que va más allá de las economías, las fronteras, las culturas y los idiomas. En 2017, la contaminación del aire fue la causa de casi 5 millones de muertes en todo el mundo, mientras que, en 2018, 62 millones de personas se vieron afectadas por desastres naturales y 2 millones tuvieron que desplazarse debido a los fenómenos climáticos.” “la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono compatible con los objetivos del Acuerdo de París requiere un cambio radical en la asignación de recursos y, por lo tanto, una respuesta fundamental por parte del sector financiero".
Un extenso informe que recoge la opinión de los científicos plasmado en Swiss Re-sigma N.º 2/2020 lo confirma: “Los daños por desastres meteorológicos aumentan en paralelo al crecimiento de las economías y al cambio. Se calcula que, en 2015, de 4,2 a 13,8 billones de USD de activos financieros mundiales estuvieron en riesgo por el impacto del cambio climático".
Dicho esto, no actuar ahora de forma global, consolidando esfuerzos supranacionales, podría derivar en un punto de inflexión irreversible en los sistemas climáticos con el impacto que derive de ello; lo que exigirá una respuesta internacional firme y una cooperación multilateral.
El compromiso más allá de la retórica:
Sin duda, adaptar progresivamente la reducción del impacto de los gases de invernadero que actúan como retenedores de la energía térmica del planeta implica transformaciones substanciales en nuestros patrones de consumo y en la visión del modelo de capitalismo actual, según sea el caso, a fin de evitar las crecientes concentraciones de CO 2 y los daños presentes y futuros.
El uso de energías renovables y la captura y almacenamiento de carbono son las soluciones que viabilizan dichos cambios.
En la citada cumbre los objetivos específicos se plasmaron en estos enunciados:
1) Integrar los riesgos relacionados con el clima en el monitoreo de la estabilidad financiera y la micro supervisión.
2) Integrar los factores de sostenibilidad en la administración de la cartera.
3) Cerrar las brechas de información
4) Crear conciencia y capacidad intelectual, así como fomentar la asistencia técnica y el intercambio de conocimientos.
5) Lograr una divulgación de información relacionada con el clima y el medio ambiente que sea robusta y consistente a nivel internacional.
6) Apoyar el desarrollo de una taxonomía verde de las actividades económicas.
El informe sugiere los llamamientos para abordar el riesgo climático y crear un sólido sistema financiero sostenible. Según la OCDE, si se implementa efectivamente una «transición decisiva» a una economía con bajas emisiones de carbono, los daños al valor económico asociados con el cambio climático se reducirán en un 2% del producto interior bruto de las naciones del G20. También estimulará la producción a largo plazo hasta en un 2,8% en 2050, dando lugar a un beneficio de crecimiento neto del 4,7% en estos países.
Es preciso recalcar que el cambio climático afecta a así todos los ecosistemas de la vida: los sistemas alimentarios e hídricos, las energías, los sistemas económicos, las infraestructuras, etc. y. el modelo de capitalismo actual impulsa la inyección de combustibles fósiles en la creación de valor agregado y/o riqueza, la movilidad, el consumo, la tecnología, la medicina, la producción.
Ello, aunado al crecimiento demográfico y la densidad poblacional nos ha hecho adictos a esos patrones. La quema de combustibles fósiles emite dióxido de carbono (CO2, un gas que aparece de forma natural en la atmósfera y que, al evitar la salida de los rayos infrarrojos, calienta la tierra, pero como es inodoro e incoloro, resulta borroso en la conciencia colectiva.
Solo con un compromiso real de las naciones, una responsabilidad ética de todos los gobiernos hacia el impulso transformador de verdaderas medidas de transición ecológica que impliquen cambios en nuestro modo de vida hacia otro modelo de consumo, podremos lograrlo.
El marco de gobernanza internacional exigirá retos que aún lucen muy débiles e inconclusos frente al desafío del planeta en esta materia si recordamos que aún el 80% de nuestro consumo de energía actual es de origen fósil.
El primer cambio es sobre la conciencia de una nueva creación de valor a través de la aplicación de medidas coyunturales más contundentes, tales como:
- Reforzar el aumento de las inversiones en infraestructuras sostenibles y autoconsumo.
- Iniciativas de apoyo e incentivos completos fiscales que articulen el marco jurídico con los objetivos.
- Reformas estructurales e innovación ecológica aplicada, con una expansión progresiva determinada mediante planes operativos, bajo metas de supervisión rigurosas y específicas.
- Un mercado de capitales para valores ecológicos, e incentivos para provisionarlos mediante el riesgo reputacional en las empresas y consumidores.
- Apoyar íntegramente el desarrollo e integración de estas tecnologías, haciéndolas más eficientes para reducir su coste vs beneficio, lo que exige una amplia colaboración público/ privada y la inserción de capital humano desde las Universidades y centros de investigación a dichos cambios aplicados.
- La utilización ética de la digitalización en el marco de la expansión de la inteligencia artificial como catalizador de las nuevas realidades en materia de consumo e inversión, plasmadas mediante una conciencia colectiva que a través de políticas públicas haga coherente la adopción social evolutiva.
Frente a ello, celebramos el impulso en políticas públicas promovido por la Unión Europea. la estrategia anual de crecimiento sostenible confirma el objetivo de la UE de una nueva estrategia de crecimiento basada en el Pacto Verde Europeo y la sostenibilidad competitiva. La Comisión recomiendo a los Estados miembros que incluyan inversiones y reformas en materia ecológica y digital para crear empleos y crecimiento sostenibles.
- En tal sentido, las transiciones ecológica y digital y la resiliencia de las economías nacionales formaron parte extensa de los proyectos y planes de recuperación y resiliencia. y ello se deriva en asignaciones que superan el 37 % de los fondos.
- El uso de Subvenciones y préstamos mediante la aplicación de los planes nacionales de recuperación y resiliencia de los Estados miembros, Con un Presupuesto de 560.000 millones de euros, de los cuales 310.000 se destinarán a subvenciones y 250.000, a préstamos
Contradicciones:
¿Cuán real resultan el análisis de estas iniciativas frente a la nueva era de inteligencia artificial?
El análisis es mixto al identificar que solo entrenar a ordenadores en el aprendizaje del habla humana supone un nivel de emisiones de CO2 cinco veces superior a las que genera un coche durante toda su vida útil. (según un estudio al que han llegado investigadores de la Universidad de Amherst (Massachusetts, Estados Unidos). Nos explican: El desarrollo de técnicas de “aprendizaje profundo” en disciplinas como el ‘Machine Learning’, una de las ramas de la IA que “entrena” a los ordenadores en el reconocimiento y aprendizaje del habla humana, puede llegar a emitir 284 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e).
Los investigadores han analizado los cuatro modelos de NPL más avanzados: Transformer, ELMo, BERT y GPT-2. En uno de los ejemplos se identifica un modelo que necesitó “entrenarse” durante 274.000 horas para presentar resultados precisos. Durante el proceso se emitió una cantidad de dióxido de carbono equivalente a más de 300 vuelos de ida y vuelta entre Madrid y Nueva York.
En la actualidad, se reflexiona que la red 5G trazará la ruta para la nueva generación de robots y humanoides, controlados por redes inalámbricas más que por cable y que, además, habilitará los recursos de almacenamiento de datos en la nube. La red 5G aumentará el número de dispositivos conectados en todo el mundo.
Y por otro lado representa, una de las esperanzas que se tienen puestas en la inteligencia artificial aplicada al sector energético es que nos ayude con el cambio climático
Una de las aplicaciones más básicas es que el machine learning (o aprendizaje automático, puede hacer los sistemas de generación más eficientes.
Sustituir las grandes centrales de energía tradicionales por plantas de generación más pequeñas, descentralizadas y renovables, que deben ser coordinadas.
La reducción del consumo como una solución innovadora. Por ejemplo, Deepmind es una compañía británica de inteligencia artificial propiedad de Alphabet (la empresa matriz de Google). Esta usó algoritmos de aprendizaje para reducir la energía necesaria para refrigerar los centros de datos de Google en un 40%.
Teniendo en cuenta que los centros de datos ya consumen un 3% de la energía global, dicha experiencia ha sido importante.
Un largo camino por recorrer.
Sin bien, resulta alentador ver un marco normativo actual orientado a estos fines en España, por ejemplo: con la Ley de cambio energético, la estrategia de descarbonización a largo plazo, la estrategia de economía circular y la de infraestructura verde, queda mucho camino por andar.
Primordial en el impacto cultural y geopolítico de todas estas variables para América Latina.
La Gestión del Riesgo Climático (CRM) es un término que describe las estrategias involucradas en la mitigación del riesgo climático, a través del trabajo de varios campos, incluida la adaptación al cambio climático, la gestión de desastres y el desarrollo sostenible.
La capacitación y la actualización profesional es una inversión, no un gasto, y no debe relegarse a un segundo plano.